Constanza Santa María
Todo comenzó cuando relacioné el caballo con la "bailaora" o el "bailaor" de flamenco.
La prestancia, la fuerza, el cuerpo, el movimiento, el galope con el zapateo.. Ahí fue cuando empecé este proceso de busqueda del cual no me he podido desentender, ya que cada vez toma más profundidad.
Por medio de una técnica simple y honesta, como es el dibujo con pastel seco y carbón, busco interpelar la emocionalidad del espectador, y ojalá conectar con su ser más primitivo e intuitivo, jugando con su animalidad y temperamento.
Busco que quien mire mi obra se sienta atraído, representado e identificado en este animal.
El caballo es alucinante, es tan completo y profundo. Todo me gusta, partiendo por su corporalidad, músculos, su contextura física, que te lleva a encontrarse con su fuerza y vigorosidad. Y en un plano más "simbólico", el caballo puede interpelar de una manera muy sutil nuestro propio temperamento. es noble, reflexivo... pero al mismo tiempo adrenalínico y atento. Se enoja y es pasivo... Lo que me permite jugar con los contrastes de nuestras propias emociones.
